Revista N°203

Purretes de arrabal

La Orquesta Infantil y Juvenil de Tango Tití Rossi está en marcha

Luego de hacer una campaña para juntar fondos en Internet, en Bien Bohemio (Sánchez de Loria 745) tres días a la semana hay ensayos para una veintena de vecinos del Abasto y Balvanera.

    Ese piano eléctrico, puesto en vertical, lo supera en altura, pero este vecino de Balvanera que no pasa los dos dígitos en el DNI le saca melodías limpias, un intento de tango que despierta la atención de sus compañeros que le hacen ronda en un rincón de esta sala cuyos muros lucen partituras enmarcadas como obras de arte.
    Un par de minutos más tarde el reloj da las 17 y los chicos y chicas se reparten entre las mesas de café. Sacan sus cuadernillos con pentagramas y miran fijo al escenario, donde el profesor, tiza en mano, disecciona el tango desde su unidad mínima, la nota musical.
    Estos son los primeros pasos que da, a cien años del nacimiento del vecino y bandoneonista Enrique “Tití” Rossi, la Orquesta Infantil y Juvenil de Tango que lleva su nombre. Es una iniciativa del Circuito Marechal de Balvanera y tiene sede en Bien Bohemio (Sánchez de Loria 745), que fue casa del músico y hoy funciona como un bar cultural.
    Los martes y jueves a las 17 y los sábados desde las 10 hasta el mediodía la sala principal de este espacio tanguero, distinguido el año pasado por la Legislatura porteña, se llena de vecinos que anotan en sus pentagramas las primeras notas para en adelante entonar en conjunto clásicos de arrabal.
    Hoy dirige esta orquesta Fabián Bertero, quien además es profesor en el conservatorio de música Manuel de Falla del Abasto. Gustavo Seminara está a cargo de la iniciación musical, Joaquín Bertero de piano; María Laura Bertero de violín; Eleonora Ferreyro de bandoneón; Nicolás Zacarias de chelo.
    “Es un desafío hacer una orquesta del barrio, la esperanza está en que va a funcionar. Me sorprende la determinación de los chicos para aprender y prestar atención”, nos dice Gustavo Seminara en la previa de una clase donde hablará sobre pentagramas, claves de Sol y Fa, pero sobre todo a dar el primer paso en el mundo de los ritmos y melodías; siempre con humor y atento a que nadie pierda el tren de la explicación. Más de una vez rematará con un “¿Estamos todos de acuerdo?” para darle unidad al encuentro.
    Los padres, que aguardan en uno de los patios internos de la antigua casa mientras sus hijos se embeben de dos por cuatro, también se muestran contentos. Sandra, nacida en Haití y vecina desde hace cuatro años, nos cuenta que un día luego de pasar a buscar a sus hijos Lolo y Abigail de la escuela de Agrelo y 24 de Noviembre encontró un volante callejero que promocionaba la orquesta. “De chusma mandé un Wathsapp para saber de qué se trataba y los traje a los chicos, me gusta mucho este lugar”, refiere.
    En la sala principal de Bien Bohemio hoy las clases son el punto de encuentro para vecinos de distintas realidades que vienen a descubrir la magia tanguera. Como en un aula de colegio, uno con la ñata contra el vidrio puede dar un paneo y ver a los que están atentos y con el cejo fruncido ante cada explicación de Seminara, los que miran con los ojos bien abiertos ya un poco perdidos, quienes no apartan la cara del pentagrama de tanto escribir. El variopinto de sensaciones se iguala ante la pregunta: “¿Falta mucho para tocar los instrumentos”.
    Esta misma ansiedad y ganas que muestran los chicos también están en la piel de los adultos que bregan por este proyecto. Sus hacedores cuentan que la idea tuvo como antecedente las presentaciones de la Orquesta Juvenil de San Telmo frente al colegio Mariano Acosta (Moreno y Urquiza), en el marco de actividades organizadas entre el Circuito Marechal y el Ministerio nacional de Seguridad. El año pasado, entre Leonardo Martín Dattoli, referente de la ONG Balvanera al Sudoeste (BALSUD), y Marta Rossi, hija de Tití y referente de Bien Bohemio, empezaron a hablar sobre el proyecto.
    En marzo de este año, como puntapié de la Orquesta, lanzaron una campaña para juntar fondos en internet. Lo hicieron a través del sitio de crowdfunding IdeaMe. El objetivo era conseguir 150 mil pesos para costear la adquisición de distintos instrumentos musicales.
    Esta Orquesta, según sus impulsores, se proyectó como un “espacio de formación, integración e inclusión, socio-cultural para niños y jóvenes, a través de la música. Y estrategia de promoción de derechos y desarrollo de potencialidades creativas y artísticas de niños y jóvenes habitantes de la zona sur de los barrios de Almagro y Balvanera”.
    Dattoli hoy nos cuenta que si bien no alcanzaron ese monto, la iniciativa les dio visibilidad. Incluso un vecino les donó un piano de cola para ensayar. “Vamos a volver a lanzar la campaña”, nos dijo el vecino y referente barrial.
    La plata no desanimó a los hacedores del proyecto. “Vemos a los chicos y no lo podemos creer”, resume Dattoli sobre la alegría de saber que ya es una realidad la Orquesta que apalabraron con Marta Rossi apenas unos meses atrás.
    En el último tiempo se habló de cómo camadas jóvenes hacían reverdecer al tango. La Orquesta Típica Fernández Fierro del Abasto (tiene su Club Atlético en Bustamante al 800), la Unión de Orquestas Típicas que organizan festivales, el reciente Festival de Tango de Boedo y tantas otras expresiones muestran una música porteña en tiempo presente. El nacimiento de la Orquesta Tití Rossi marca la llegada del tango a una nueva generación. Los purretes de la ñata contra el vidrio ahora hacen sus primeros pasos a través de este proyecto cultural y social de Balvanera.

 

J.M.C.

 

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Tití Rossi
Ernesto Ovidio “Tití” Rossi nació en Guaminí, Provincia de Buenos Aires, en 1919, de familia de músicos, su primer maestro fue su padre, director de orquesta y con quien ya, a los diez años, tocaba el violín y la trompeta. Estudió el bandoneón, su instrumento preferido, al que dedicó su vida. Tenía 21 años cuando llegó a Buenos Aires para probar suerte, con su hermano Carlos que era cantante.
   Acá consiguió primero trabajo en la orquesta estable de Radio Belgrano, que dirigía Mario Maurano. Pasó a integrar la orquesta de Nicolás Vaccaro para actuar en el Dancing Novelty. Fue músico y orquestador de Antonio Rodio para sus presentaciones en Radio El Mundo y Radio Splendid. Siguió estudiando en el Conservatorio Nacional de Música y el maestro Gilardo Gilardi.
   Fue primer bandoneón en la orquesta de Edgardo Donato. Luego, se ocupó de la formación del conjunto de Francisco Rotundo. Fue arreglador en la orquesta de Héctor Varela. Y asesor musical de la editorial Perrotti. Tuvo su propia formación, con sus dos cantores: Alfredo Dalton y Luis Correa, luciéndose entre radios y los espacios de la época.
   También trabajó en el exterior junto al cantor Alberto Marino. Luego se dedicó a la enseñanza y a orquestar exclusivamente para Héctor Varela.
   Tití falleció en 1985. Fue prolífico como compositor, más allá de algunos títulos: 'Bien bohemio', “Muchachos mi último tango”, “Malvado”, “Muñeca del Once”, “Por qué me la nombran”, “Siempre tu voz”, “Pa' que te oigan bandoneón”, “No me hablen de ella”, un gran éxito de Varela con la voz de Rodolfo Lesica, “Me han prohibido quererte”, “Así bailaban mis abuelos” y por último, la milonga “Azúcar, pimienta y sal”, también quedó el legado de su casa, Bien Bohemio, por Sánchez de Loria, entre México y Agrelo.

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