Revista N°205

El primer clan samurái criollo nació en Almagro

Un vecino lo creó para ferias temáticas

El Grupo de Recreación samurái Kusunoki Masashige recrea armaduras de estos legendarios guerreros de Japón.
Volveremos a hablar de aquellos guerreros. Ni los cambios de era, el avance de la tecnología, mucho menos la distancia, son motivo para que el andar de los samuráis, figuras casi de ensueño por sus proezas y ese halo de misterio que llega a esta pampa, cesen en su aventura. En la mente de muchos, los artistas marciales de Japón están vivos. En la mente de Patricio Becerra, vecino de Almagro y creador del Grupo de Recreación Kusunoki Masashige, lo están más que nunca.
   Al llegar al barrio, Patricio mudó a su hijo al Instituto Privado Argentino Japonés Nichia Gakuin (Yatay 261). Esta institución del barrio se encarga de difundir la cultura del Japón a través de varias actividades extracurriculares. Una vez enterado, Patricio empezó a practicar judo y estudiar el idioma nipón. Allí empezó a crecer su gusto por esta cultura. “Una potencia”, dirá él al destacar los valores orientales.


    Mientras sus conocimientos se ampliaban, este vecino del barrio ya era un habitúe en ferias temáticas medievales. Muchas veces contamos sobre estas convocatorias, las cuales suelen realizarse en el Espacio Cultural Julián Centeya de San Cristóbal (San Juan y Loria). En 2009 hicimos una nota sobre el programa Volver a la magia, cuyas hacedoras ahora organizan este tipo de actividades en auge. En el Espacio Cultural del Sur (integra, como el Centeya, el circuito de espacios culturales de la Dirección General de Promoción Cultural del Gobierno local) se hace la feria Burgo del Sur, que ya está instalada en el cronograma de los seguidores de este tipo de propuestas.
    Becerra participó, y participa, de estos encuentros con un emprendimiento familiar de tortas galesas llamado Draig. En medio de la camaradería que implica estar horas y horas al frente de un puesto en una feria, Patricio entró en contacto con recreacionistas, quienes con sus propias manos hacen armaduras medievales para interpretar batallas vikingas, galesas, escocesas. “Comencé a cuestionarme porqué no había en dichas ferias recreacionismo oriental”, evoca Patricio como el principio de todo.
    Luego de contactar compinches interesados en la propuesta, en diciembre de 2016, el Grupo de Recreación samurái Kusunoki Masashige tuvo su presentación en público. Patricio y los primeros samuráis criollos participaron en un evento en Remedios de Escalada (partido de San Martín) organizado por el grupo de esgrima medieval Valherjes. “Sabiendo que estaba gestando el clan samurái y que éramos tan solo tres personas en ese entonces, nos permitieron presentar nuestro clan y seguir convocando gente a que se nos sume”, celebra Patricio y destaca haber sido “aceptados en las ferias medievales y clanes de recreación, ya que el medio evo europeo y el oriental no coincides con los tiempos de historicidad”.
    Este vecino de Almagro destaca que “los atuendos, katanas (espadas) y armaduras se confeccionan con la mayor fidelidad posible”. Para abaratar costos y hacer al clan una experiencia viable en el tiempo, se instruyeron en cómo “reciclar o modificar algunas cosas para que sea algo más económico y no pierdan autenticidad”. “Por ejemplo, muchos de los kimonos femeninos son de seda, lo cual confeccionarlo sería un monto altísimo solo en materia prima, pero Japón en verano suele usar un yukata, (kimono de verano) los cuales pueden ser de una variante del algodón estampado”, grafica Patricia.
    Además, cuentan con un prestigioso grupo humano que los asesora. “Tengo una amistad con el Sr. Daihachi Hirae, quien vive en Ashikita -machi Ashikita- gun, Kumamoto y es quien dirige el grupo de recreación samurái en Japón. También contamos con el Sr. Dave Tatcher, quien es dueño de Samurai Armour Nihon No Katchu en Gran Bretaña y se dedica a la restauración de armaduras originales de diferentes periodos. Ellos nos han ayudado con información, moldes y formas de confeccionar algunas cosas a la usanza antigua”, dice Becerra.
    Este grupo recreacionista samurái, gracias al esfuerzo diario de Patricio y los miembros del clan, es una realidad. A futuro, sus miembros buscan darle mayor difusión, participar de todas las ferias posibles y en cada una de ellas disfrutar de la reacción y compañía del público. “En las ferias hay sorpresa, sobre todo muchos de los que se acercan son practicantes de alguna disciplina marcial, otros por descendencia, otros netamente porque les atrae la cultura oriental. Los planes a futuro son seguir creciendo, poder seguir mostrando a la gente la cultura japonesa, seguir sumando participantes y poder sumarnos a las distintas festividades japonesas que se realizan en todo el país”, concluye Becerra.

J.M.C.

 

 

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