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Con la dirección de Walter Velázquez y la dramaturgia y actuación de Julieta Raponi, los viernes a las 22.30 se puede disfrutar en No Avestruz de “Dulce de mandarina”. El periplo anti heróico de una joven risueña deja en el público aires de risa, y también de optimismo. “La idea de colocarle dramaturgia a una historia contada desde la técnica del Clown”, dirán sus hacedores.
Durante casi una hora vemos a la protagonista zafar y caer en enredos. Primero, es puro yeso de la cabeza a los pies por un accidente deportivo. Vemos como poco a poco se recupera hasta bailar chacareras bizzaras. Agradecida a quien la cuidó, promete llevar las cenizas de su madre al norte.
Con trasparente inocencia emprende un viaje de accidentes y equívocos: pierde el vuelo, toma un colectivo donde conoce a un cantante que sin querer le roba las cenizas, termina en un camping buscándolos, hace dedo en la ruta, tiene problemas con la ley.
Esto en lo narrativo. En lo visual, en el cuerpo de la obra, Raponi logra la difícil tarea de mantener a “Dulce de mandarina” bien en alto. Con un carisma innato, complementado por una buena formación actoral y la dirección de Velázquez, vemos a esta Floricienta millennial de Caballito pasar por todos los estados de ánimo. Como una vuelta a las fuentes, a las raíces, el optimismo es lo que sobresale. Esa idea fuerza se mantiene constante.
La sinergia entre el público, sus risas, y los gags e intervenciones de Raponi son también un rasgo que brilla a lo largo de la hora teatral.
J.M.C.
Ficha técnica. Obra: Dulce de mandarina. Actriz: Julieta Raponi (Sandra). Diseño de Escenografía: Ariel Vaccaro. Diseño de Luces: Ricardo Sica. Diseño de Vestuario: Soledad Galarce “Alfiler de gancho”. Diseño Gráfico: Mery Vanborder. Prensa: Correydile. Producción Ejecutiva: Julieta Raponi. Asistente de dirección: Alejandro Leguizamón Varsovia. Dramaturgia: Julieta Raponi / Walter Velázquez. Dirección: Walter Velázquez. Duración del espectáculo: 60 minutos. Viernes a las 22.30. Sala: No Avestruz (Humboldt 1857).