Varios elencos pudieron estrenar sus obras con apoyo y tutoría de este encuentro organizado por el Ministerio de Cultura porteño. Hablamos con Gabriel Reich de “Los Imitadores” que puede ver se en octubre y noviembre en el Abasto Social Club y comentamos “No me digas, que ya sé” que se vio en el Picadero.
Entre el 25 de septiembre y el 1 de octubre se desarrolló la nueva edición de la Bienal de Arte Joven de la Ciudad de Buenos Aires. La sede fue el Centro Cultural Recoleta, que fue alojó la primera bienal porteña de 1989. En paralelo, este evento, organizado por el Ministerio de Cultura porteño, fomentó la realización de varias obras teatrales en la zona del Abasto.
La grilla ofreció puestas en escena inéditas producidas con financiamiento y acompañamiento de la Bienal. “Ruido Blanco” de Franco Calluso en Beckett Teatro; “Anomalía” de Valeria Polonera en El Extranjero; “No me digas, que ya sé” de Matías Prieto Peccia, Mariel Velez y Vanesa Butero en Teatro Picadero; y “Los imitadores” de Macarena Orueta en Abasto Social Club. También hubo en Timbre 4, El Kafka Espacio Teatral, Teatro La Comedia. Las obras contaron con tutorías de Andrea Servera, Luis Cano, Rubén Szuchmacher, Pablo Gorlero, Joaquín Bonet y Martín Bianchedi.
En total, la Bienal ofreció 40 recitales, 35 obras de teatro y danza que hicieron 94 funciones, 28 directores que mostraron sus cortos, largos y series web, 56 escritores que compartieron sus textos, 51 obras de artistas visuales expuestas y se realizaron 4 intervenciones urbanas.

“Es el premio mayor que nos hayan dicho 'les damos este dinero para que lleven a cabo el proyecto que nos presentaron'”
Hablamos con el actor Gabriel Reich, uno de los protagonistas de Los Imitadores, que se exhibió en forma gratuita entre el 26 y el 30 de teatro y cuya directora, Macarena Orueta recibió una mención especial por su trabajo. Los domingos de octubre y noviembre también se puede disfrutar de este trabajo colectivo.
Lo entrevistamos en el Bar El Símbolo de Almagro para que hable sobre el significado de ser parte de este gran acontecimiento cultural: “Genera placer haber sido elegido. Es estar en un lugar que te da visibilidad, que la gente vaya, no esperar varias funciones hasta que la gente se entere. El prestigio que te da ser elegido y estar en la Bienal y el hecho de que hayan dado dinero para financiar la obra. Pasa pocas veces en el arte. Es el premio mayor que nos hayan dicho 'les damos este dinero para que lleven a cabo el proyecto que nos presentaron'”.
Gabriel, entre otros proyectos, es el presentador de “El Circo del Horror”, un espectáculo de gran éxito que tuvo sus primeras funciones en el Teatro Mandril de San Cristóbal (Humberto I y Jujuy) y ahora hace giras por el interior. En una de esas funciones la directora teatral Macarena Orueta lo conoció.
Luego Orueta lo convocó para “Los Imitadores”: “Empezamos a ensayar una vez por semana en una sala en Colegiales. Después de un par de meses ensayando tranquilos entramos a la Bienal. Presentaron el proyecto a las autoridades. Estábamos en la previa, la semilla de algo que no sabíamos para dónde iba pero veíamos qué se podía hacer, qué posibilidades había desde lo artístico. Grabamos un video de 10 minutos y lo presentamos en abril. Hubo una reunión con los curadores”.
“Nos dio presupuesto, pudimos ensayar cuatro veces por semana. Está buenísimo. Se le pone una impronta y una presión que no estaba. En principio queríamos contar qué pensaba cada uno de los imitadores. Hay imitadores de eventos y consagrados como Martín Bossi. Hay una gran variedad. En este tiempo fuimos prestando atención a cosas que no le dábamos importancia. Vimos también películas como el Último Elvis o la Isla de los Imitadores. Jugamos y estudiamos sobre tomar la personalidad del otro. La obra se cuenta a través del movimiento”, añadió.

Los imitadores .Interpretación y creación: Astrid Gómez Grosschadl, Gabriel Reich y Gustavo Slep. Diseño de iluminación: Agnese Lozupone. Asistencia de Iluminación: Juan Carzoglio. Diseño escenográfico y Diseño de vestuario: Estefanía Bonessa. Fotografía: Muma Casares. Musicalización: Pablo Novella. Diseño gráfico/ Community manager: Fermín Kalesnik. Diseño de Caracterización Analía Arcas. Realización de vestuario: Patricio Delgado. Asistencia de Dirección: Sebastián Daniel Orueta, Julia de la Torre. Colaboración artística: Daniel Tur y Vivi Fiorito. Tutoría: Andrea Servera. Producción general: Juan Noodt. Idea y dirección: Macarena Orueta. Tutora: Andrea Servera.

El futuro no es un bajón
Matías Prieto Peccia, Mariel Velez y Vanesa Butera son los directores de “No me digas, que ya sé” y, al igual que Outera, también fueron distinguidos por su trabajo en la Bienal. La obra se exhibió en forma gratuita ente el 26 y el 30 de septiembre en El Picadero. Ahora hay funciones hasta el 6 de diciembre.
Este medio fue a cubrir una de las funciones y comprobó la calidad de este trabajo escénico. El título de la obra alude al don, o maldición, de la protagonista, quien puede anticipar lo que harán o les sucederá a sus seres queridos. Esto le trae conflictos con su pareja, quien decide terminar la relación. Admite no soportar el clima de anticipación. Ella le responde que estaba al tanto y que le preparó el bolso. Él se va. Pero va a volver.
En el mientras tanto, aparece el hermano del ex novio, quien se muestra dispuesto a ayudarla para controlar este don y hacerlo llevadero. Juntos atravesarán peripecias, momentos de tensión y mucho humor en medio de este triángulo amoroso en construcción. La obra mecha también la relación intensa de apego-desapego entre la protagonista y su madre, quien se muestra como una vidente, bastante posesiva y algo manipuladora.
El desarrollo de la obra transcurre en la casa de la protagonista y el ritmo de la narración está orientado a través de canciones pegadizas y coreografías dinámicas y llenas de gags. La obra dura algo más de una hora, pero no agobia y el avance de la trama se muestra sólido, donde los protagonistas desenvuelven sus miedos, ansiedades con total claridad.
“No me digas, que ya sé” se destaca como una obra apta para todos los públicos que entretiene, pero no es una pieza pasatista. La psicología de los personajes es interesante y bien desarrollada, hay conflictos cotidianos que se complementan al disparador de fantasía. La empatía es instantánea y los momentos de humor hacen a este trabajo redondo, una meta en esta narración de aprendizaje.
El aplauso a sala llena durante la Bienal coronó el esfuerzo puesto para sacar esta obra adelante, pero también es un espaldarazo para el futuro, porque el talento de estos jóvenes artistas tiene mucho más para dar.

“No me digas, que ya sé” . Actores: Mariel Percossi; Julián Pucheta; Laura Silva; Diego Cassere; Sol Macchia. Libro Y Dirección General: Mariel Velez - Matías Prieto Peccia. Música Original Y Letras: Vanesa Butera. Vestuario: Carla Torrico Ramirez. Diseño De Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez. Asistente De Escenografía: Guadalupe Borrajo. Realización Escenográfica: Los Escuderos. Diseño De Luces: Gonzalo Córdova. Músicos En Vivo: Serafín Alí - EdiVallarino. Producción Ejecutiva: Francisco Hails. Asistente De Dirección: Jair Almar. Diseño Gráfico: Karina Hernández. Fotos: Vicky Medici. Coreografías: Mariel Velez - Matías Prieto Peccia. Operador De Sonido: Juan Manuel Orsini. Asistencia De Sonido: Pablo Bernard. Operador De Luces: Adriana Antonutti y Juan Manuel Noir. Maquinaria: Cesar Hougham y Isaías Pelliza.

J.M.C.

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9ª edición del Festival Mundial de Teatro Adolescente

Vamos que Venimos

Más de veinte elencos de actores y actrices adolescentes de la Argentina y de distintos países de la región participaron entre el 11 y el 16 de octubre de la 9ª edición del Festival Mundial de Teatro Adolescente Vamos que Venimos. Cecilia Ruiz es su directora y dijo al respecto: “Nació para darle un lugar a las ideas adolescentes y brindarles la oportunidad de que esas ideas crezcan junto a ellos. El teatro en particular, pero el arte en general, es capaz de transformarnos como personas y como sociedad. Y nosotros creemos firmemente en esto”. Por Balvanera hubo funciones en el Teatro Empire (Hipólito Yrigoyen 1930). Allí el sábado 14 se exhibió “El tiempo de las mandarinas” del grupo CHUSIKKA de San Miguel de Tucumán y “Stacy y Jack” de Gustavo Meillon interpretada por el grupo Casa Productora Fenix de México. El domingo 15 se vio “Kilómetros” del grupo Bondi Teatral de Cañuelas. Ese mismo día se exhibió “¡Antígona, una oración que nos defienda!” de Raisa Carolina Robles Aceves en colaboración con la compañía y Larissa Torres Millarez interpretada por el grupo Marlequín de México y “Sintoma Social – o esquecimento do massacre faz parte do massacre” (Síntoma Social – el olvido de la masacre forma parte de la masacre) de Enrique Aue interpretada por el grupo Teatro Singular de Santo André, San Pablo, Brasil.
La apertura del festival se celebró el miércoles 11 en el Multiteatro de la calle Corrientes 1283. Estuvieron presentes los actores Luisa Kuliok, Fabio "Mosquito" Sancineto, Gerardo Chendo, María de los Ángeles Sanz, Ciro Zorzoli, Roberto Vallejos, Diego Starosta y Marcelo Katz.

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Veinte años de danza integradora con el Grupo Alma

La compañía de danza integradora Grupo Alma ha sido pionera en la modalidad de la danza inclusiva en el país. Celebró sus veinte años de actividad en octubre con una retrospectiva en el Teatro Empire de Balvanera, Hipólito Yrigoyen 1934.
“Haremos un recorrido por fragmentos seleccionados de las coreografías más significativas desde las primeras hasta las últimas, que dan cuenta de la versatilidad y los distintos momentos de la compañía”, había dicho a Télam Susana González Gonz, fundadora y directora del Grupo Alma antes de la función.
La función de festejo contó con la asistencia de dirección de Cecilia Zenobi, como coreógrafo invitado estuvo Maximiliano Ávila, los bailarines fueron Aixa Di Salvo, Luciana Galván, María José Benitez Coll, Manuel Rojas, Matías Ramírez, Daniel Catebra, Priscila Peralta y Macarena Higueras, y, como invitado especial, Demián Frontera.

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