Revista N°212

El libro blanco del periodismo freelance

Walter Lezcano

Nací en una generación recopila entrevistas, ensayos y reseñas. Un autor en busca de su contexto.


     El otoño pasado llegó a las librerías “Nací en una generación. Periodismo, monotributo y cultura” del periodista y escritor Walter Lezcano. Milena Caserola editó 400 páginas con entrevistas, ensayos y reseñas aparecidos en medios como La Nación, Página/12, Tiempo Argentino, La Agenda, entre otros.
     Este libro es una guía, un mapeo de las expresiones emergentes y los clásicos de siempre abordados con la mirada descansada.  Por ejemplo, Lezcano encuentra en la salida de un documental sobre Kurt Cobain la chance para hablar sobre qué significó Nirvana en su propia juventud (y adultez).
      Es como si los acontecimientos culturales (discos, libros, talleres, obras de teatro) fueran un espejo donde Lezcano cree verse a él mismo y a su narrativa y, como una sombra o proyección, a su generación y el modo de esta de percibir el mundo. Y allí surge el raro milagro de la empatía lectora.
     Lezcano, desde el título (el tácito “Yo” nací en una generación) adelanta que él también tiene algo para decir. Para verlo (o leerlo) en acción basta hojear la primera página de la primera nota. Es un texto aparecido en la revista Crisis, una charla con Mosca, el cantante de Dos Minutos.
     Sin embargo, empiezan a correr las primeras palabras y viene el primer sacudón de ideas que exceden a los “dosmi”: “Hablar de punk en pleno siglo XXI parece un mal chiste. Uno de esos chistes que pueden desterrarte de cualquier asado. Porque en tiempos donde el cinismo y la indulgencia cotizan en bolsa parecería ser que el punk es parte del consumo irónico de una generación que se desvive por pertenecer y satisfacer todos los deseos arrojados por el capitalismo en su incansable bombardeo de estímulos”.
En este libro encontramos al Lezcano conmovido por todas estas expresiones artísticas. Está el catador sensorial que nos habla de libros y citas y autores como quien nos habla de las estrellas y el orden de las constelaciones.
     Pero también esta es una historia de oficio. Lezcano se reafirma como un periodista freelance. Un trotamundos que está en constante movimiento para sobrevivir. Preparar sumarios, esperar, escribir, desgrabar, ganarle la pulseada al Word. Este autor se muestra como un entusiasta sin miedo al cansancio, sin miedo a que el oficio tienda la trampa de un mal día laboral.
     Se trata de que las manos regresen al teclado. Lezcano en el prólogo esboza: “Como dijo [Rodolfo] Fogwill, se escribe para no ser escrito por otros, para que nadie te la cuente, para meterte en el corazón de la experiencia, para retratar la época que te toca vivir”.

J.M.C.

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