Revista N°215

Periodismo vecinal y la libertad de expresión

Comenzamos la epopeya de la revista El Abasto hace casi dos décadas, puntualmente el primer número salió a la calle hace 19 años, en mayo de 1999. Desde un comienzo percibimos lo difícil que era sostener un medio solamente con los avisos del comercio barrial. Pero sentíamos que había mucho para contar, muchas cosas que pasaban y queríamos aportar: dialogar, difundir, y colaborar con lo que venía, para desde -aunque más no se aun pequeño espacio- poder brindar nuestro esfuerzo por un barrio mejor… pensando en grande, pero actuando en pequeño; considerando al país y al mundo, pero actuando sobre el barrio y la ciudad.
Pronto nuestra lucha dio fruto y logramos acceso a la publicidad oficial ayudándonos a descomprimir un poco las cosas. De todos modos no fue fácil y no solamente trabajamos para que se aplique la Ordenanza 52.360 (en 2003), para acceder desde el periodismo vecinal a la pauta oficial sin controles subjetivos, sino que luego luchamos para mejorar la actual ley 2587 que rige desde 2009. Esto de sin controles subjetivos lo destaco porque permite que este género periodístico hoy debería poder criticar al gobierno pese a la publicidad oficial, cuando otros medios, para acceder a la pauta oficial, deben cuidar bien sus palabras. Y como todos sabemos la libertad de expresión es uno de los pilares de la democracia.
Hoy hemos llegado a un punto donde el gobierno, experto en hacer más rico a los ricos y más pobre a los trabajadores, en medio de subas abismales y un dólar disparado con todo lo que eso conlleva, nos ha recortado de modo ilegal el valor de su aviso: una reglamentación del ejecutivo modifica ahora una ley… pero éstos son los republicanos. Nuestro medio, al igual que nuestros colegas, seguiremos mientras los funcionarios prontos se irán, porque dudo que la gente los siga votando. Da bronca porque el presupuesto publicitario continúa intacto pese al recorte a 269 medios vecinales; esto quiere decir que lo que ahorran en lo nuestro se lo trasladan a esos voceros mentirosos que desprestigian el periodismo.
La verdad es que como país estamos tocando Fondo… Y acá sabemos lo que significa. Y esto se logró gracias a las mentiras de un periodismo cómplice y vendido… si el periodismo vecinal hubiese tenido más peso dudo que estuviéramos reviviendo hoy el 2001.
Pero acá estamos. Nuevamente luchando por lo nuestro. Que es lo de todos. Porque lo que Ud. vive lo vivimos nosotros también. Salvo, claro, que además de vecino Ud. tenga un par de latifundios sojeros y unas empresas offshore. Pero en tal caso dudo que viva acá, tal vez su residencia quede en Olivos…

 

Rafael Sabini
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