HISTORIAS DE FRASES
Comer
vidrio
Esta rara
capacidad gastronómica
se considera propia de países
como la India, donde los
santones, faquires y derviches
demuestran el dominio de
sus facultades espirituales
sometiendo el cuerpo a filos,
clavos y metales al rojo
o bien tragando objetos
incomibles. En la Edad Media,
se decía que el Demonios
puede conferir a sus devotos
entre muchos otros dones
como volverse lobo o caminar
sobre las brasas- el poder
de alimentarse con materiales
como vidrio en polvo. Modernamente
el dicho ha tomado un sesgo
puramente irónico
que equivale a no tragarse
cualquier embuste, dejar
bien claro que uno no es
estúpido. "Somos
pobres, pero no comemos
vidrio", repetía
en sus apariciones un escarmentado
personaje que desempeñaba
el actor Roberto Carnaghi
en el programa de Tato Bores.
La frase es una incitación
a mantenerse escépticos
y en guardia, la confirmación
de que ante las patrañas
políticas o de cualquier
otra índole, la gente
distingue sin engañarse
entre lo que de veras la
va a beneficiar y lo que
no pasa de promesas. De
esa convicción nació
hace poco uno de los aforismos
que forman parte de las
cada vez más numerosas
Leyes de Murphy. A quienes
creen ciegamente en los
magos de la política
y en los falsos profetas,
el Teorema de Mandrake les
previene: "El que hace
caso a los dueños
de la bola de cristal siempre
acaba por comer vidrio molido".
Héctor Zimmerman
Tres mil historias de frases
y palabras que decimos a
cada rato,
Editorial Aguilar, Buenos
Aires, 1999.
Revista El Abasto,
n° 76, mayo 2006.