Caballito Orgázmiko
Hoy a las 18 caravana
“Orgázmika” en Caballito
a un año de la destrucción
de la huerta orgánica vecinal que
el ejecutivo porteño destruyó
con topadoras, UCEP y Federal hace ya un
año, con la excusa de ampliar la
Plaza Giordano Bruno.
Integrantes de la otrora
Huerta Orgázmika de Caballito (orgazmika.blogspot.com)
y del Centro Cultural La Sala, Avellaneda
645, nos hacen llegar un comunicado presentando
su plan para esta tarde:
“Declaramos mayo mes Orgázmiko
de Caballito. Convocamos a la Caravana Alegre
del Descontento y el Placer Orgázmiko
Infernal el martes 18, a las 18 hs. Rojas
y la vía a un año de la destrucción
de la Huerta Orgázmika nos congregamos
a repudiar el hecho, a sus responsables
y por sobre todas las cosas para avisarles
que... ´podrán cortar todas
las flores pero nunca acabaran con la primavera´.
Nos juntamos en Rojas
y la vía para cabalgar hacia el Parque
Centenario; nos esperan ricas comidas, videitos,
música… Venir disfrazados de
vegetales hambrientos con cachivaches ruidosos
y coloridos apto para animales”.
Sostienen estar “por
un Caballito mas verde y en defensa del
espacio publico”. Sintetizan
sus años de huerta del siguiente
modo: “en sus más de siete
años de sabiduría, por sobre
todas las cosas la huerta nos enseño
a creer que una sociedad mas justa, basada
en valores que no son ni los del mercado
ni los del progreso a cualquier costo, y
muchos menos los del egoísmo reinante.
No, la huerta nos enseño a vernos,
respetarnos, sentirnos, donde la lógica
de la autoridad y las verdades absolutas,
caen por su propio peso, la farsa.
Nos enseño a construir
un día a día con relaciones
humanas horizontales, autónomas y
en contacto con la naturaleza (o lo poco
que de ella dejan en una ciudad como esta),
si de algo puede jactarse la huerta es de
ser (junto con otras experiencias más),
la contracara, al cemento, a la apatía,
a las rejas, a la privatización del
espacio público, a la frialdad de
una sociedad que vive inmersa en la especulación
de la felicidad”.
La Huerta Orgázmika
nace mediante las asambleas del calor popular
del 2001 donde las personas, ya descreídas
de las diferentes políticas de turno,
deciden apropiarse a sus propias vidas.
En este caso puntual, como en tantos otros,
recuperando un terreno abandonado durante
muchísimo tiempo y con esfuerzo habían
logrado convertirlo en ese oasis verde y
lleno de vida en el medio de la ciudad (véase
nuestras notas “¡Viva
la vida!” y sobre la destrucción:
“Topadoras
contra la autogestión”).
Y resaltan “¡ante
todo, un espacio destinado a la interacción
de las personas con las personas y de las
personas con la tierra! Talleres, charlas,
cine, trabajo con la tierra, ocio, recreación,
paseos prácticos con escuelas y juegotecas,
construcción natural, comidas cooperativas
y mil proyectos más, todos y cada
uno de ellos hechos a pulmón, con
esfuerzo y dedicación”.
R.S.
Buenos Aires, 18 de mayo
2010.