Vuelo
adrenalínico
Se ingresa
a la sala del teatro y uno
se encuentra con que hay
sobre el escenario una hilera
de tres butacas de avión
más otra, separada
de éstas, que ocupa
el centro del espacio escénico.
Suena, en off, las partidas
y arribos de las distintas
compañías
aéreas con sus diversos
destinos. Con todo esto,
más la inscripción
en el ticket de la entrada
que reza “gracias
por volar conmigo”
no queda duda alguna de
que aquello que presenciaremos
será un espectáculo
que hará referencia
a todo ese universo del
mundo de la aeronavegación
comercial.
Minutos
después, apagón
de por medio, entra a escena
el famoso personaje de Fernando
Peña, Milagro López,
con varios años menos
y afirmando ser una azafata
que lleva varias décadas
volando, haciendo la ruta
Miami-Buenos Aires/Río
de Janiero-Miami. La aparición
de este personaje es apenas
el puntapié inicial
para que después
vayan apareciendo toda una
galería de otros
personajes que pueblan este
mundillo de los compañías
de vuelo y que Peña
conoció tan bien,
ya que como él mismo
nos recuerda catorce años
trabajó para una
de estas empresas. Así
se suceden desde la azafata
histérica hasta la
obsesiva pasando por la
aeromoza puta (y bien puta,
en el sentido más
literal, como le gusta a
Peña), hasta el piloto
gay y absolutamente amariconado
y el comandante de a bordo,
heterosexual, machista y
hueco. Todo este despliegue
de personajes por parte
de Peña en cuanto
a su calidad interpretativa
no es homogéneo,
hay algunos seres que compone
en forma mucho más
acertada que otros. Pero,
quizá, aquí
no radique la esencia de
este espectáculo.
Por otra parte, ya conocemos
la inmensa calidad que tiene
Peña como actor.
Pero también debemos
reconocer su enorme tendencia
a ser siempre la estrella,
el centro de atención,
su devoción por ser
un showman polémico...
Y bueno de esto, en este
espectáculo hay mucho.
Ésa es su mayor riqueza
como también la enorme
interacción que tiene
permanentemente con el público
el cual soporta cualquier
tipo de maltrato por parte
de este conocido actor-conductor.
Si hasta lo aplauden y ríen
por nerviosismo, para agradar
a la estrella. Pero, así
y todo, no se puede negar
el carisma de Peña
ni su enorme capacidad para
hacer del público
lo que él quiere.
Y eso, convengamos, no es
poco.
Marcelo Saltal
[email protected]
Obra: Ni la más
puta. Autor, intérprete,
dirección: Fernando
Peña. Sala: Teatro
El Cubo, Zelaya3053.
Revista El Abasto,
n° 80, septiembre 2006.