Mutilaron
el gomero de Bustamante
al 500
Uno de los
más frondozos árboles
del barrio, que de por sí
es muy escaso en espacios
verdes, fue ayer salvajemente
mutilado. La sombra que
daba brindaba un paisaje
distinto, cobijando a los
transeúntes que además
se maravillaban con ese
tronco grande de ensueño.
Era de lo más original
en varias cuadras a la redonda.
De hecho el dicho “nos
vemos en el gomero”
ya formaba parte de la glosa
abastense como sinónimo
de “esquina Humahuaca
y Bustamante al 581”.
Me contaron que las raíces
venían rompiendo
los cimientos de la propiedad
y por eso venían
amenazando con sacarlo.
La pena que daba hizo que
algún vecino juntara
firmas para que no lo hagan.
Sin embargo, la topadora
siempre puede más,
hace falta nomás
irse al O´Rondeman
y ver cómo el progreso
arrasó con todo un
cacho fundamental de patrimonio
histórico de nuestro
barrio signado por Carlos
Gardel. Bueno, en realidad
en el caso del gomero más
que la topadora fue la motosierra
y lo que dejó ya
no parece un árbol
sino un muñón.
Es una mutilación
que cualquier a persona
que tiene algo de sentimiento
le debe recorrer un escalofrío.
Y las personas poco sensibles,
pero inteligentes, que saben
que lo que refresca un árbol
de esa magnitud equivale
a decenas de aires acondicionados,
y lo que purifica atrapando
el monóxido de carbono
que emanan lo automóviles
mientras nos brinda oxígeno
hace del árbol el
mejor amigo del hombre de
ciudad. Así, solamente
los necios, idiotas y asesinos
“podan” a mansalva.
Si en este caso se puede
utilizar el verbo “podar”,
más bien sería
“mutilar”. Y
si realmente el gomero estaba
destruyendo alguna casa,
quítenlo de cuajo,
por más dolor que
nos dé, pero planten
otro árbol en su
lugar que no tenga ese tipo
de raíces. ¡Pero
no dejen un hueco o un muñón!
R.S.
Bs. As. 14/4-2006