Correr
el albur
El significado
de esta expresión
es conocido: aventurarse
en una empresa corriendo
un riesgo. Menos sabido
es que albur es un pez de
río de escamas plateadas
y comestible. No es más
difícil de pescar
que cualquier otro, de modo
que ninguna conexión
tiene la frase con la necesidad
de que el pescador corra
tras él. La explicación,
como en muchos casos, está
en los naipes. Albur se
emplea en el juego del monte
para referirse a ciertas
cartas (las dos primeras)
que saca el banquero y que
pueden ser favorables tanto
a la banca como al que apuesta.
Se entiende así por
qué el diccionario
da como otra acepción
de albur la de contingencia:
al igual que en el juego
y que en la vida, todo puede
ocurrir por causa del albur
(la misma idea está
presente en el truco, cuando
alguien acepta y va a la
pesca para probar su suerte).
Pez o naipe, lo cierto es
que aquel que arriesga puede
perder mucho pero el pálpito,
el sabor del desafío
o el frío cálculo
aconsejan muchas veces "correr
el albur".
Héctor
Zimmerman
Tres mil historias de
frases y palabras que decimos
a cada rato,
Editorial Aguilar, Buenos
Aires, 1999.
Revista El Abasto,
n° 75, abril 2006.