Hidrocarburos:
nacionalizar, vade retro
Foto:
Clarín.
La nacionalización de los hidrocarburos
en Bolivia, desató una tormenta
continental. En la población
de nuestro país, el impacto
es mayor aún, ya que Bolivia
y Argentina eran los únicos
países que tenían contratos
leoninos a favor de las petroleras.
Una reciente encuesta señala
que más del 70 % de los argentinos
están a favor de que el Estado
vuelva a ser dueño de las riquezas
hidrocarburíferas. Sin embargo
y a pesar de que entre el Estado nacional
y los provinciales sólo retienen
el 36 por ciento de las ganancias
de las empresas, el gobierno nacional
reafirmó en estos días
su compromiso con la multinacionales
del área.
Una
encuesta publicada por el diario Página
12, el 7 de mayo indica que sobre
1100 personas consultadas en diversas
partes de Argentina el 74 por ciento
se mostró “de acuerdo"
y "muy de acuerdo", con
que Kirchner decrete la nacionalización
de los hidrocarburos. En tanto que
el 22,3 por ciento se manifestó
en total desacuerdo.
Por
su parte integrantes del Movimiento
por la Recuperación de la Energía
Nacional Orientadora (MORENO), entregaron
al presidente de la Nación,
Néstor Kirchner, una carta
donde señalan los desaciertos
de la política privatizadora
de los recursos petroleros y proponen
una serie de medidas para revertirla
(Ver la nota siguiente, Carta al presidente
Kirchner). Al mismo tiempo numerosos
sectores de la clase trabajadora y
del campo popular también se
han expresado a favor de la recuperación
del control por parte del Estado del
control de los hidrocarburos.
Mientras,
en la Casa Rosada, continúan
con la política energética
instaurada por Carlos Menem durante
su presidencia. En algunos casos inclusive
han ido más allá ya
que el Gobierno envió al Congreso
un proyecto de ley que exime de impuestos
a las actividades de exploración
y explotación de gas y petróleo,
de aprobarse esto permitiría
a las compañías petroleras
gozar de exenciones impositivas, eliminando
los riesgos minero y empresario. Esto
es algo que ni siquiera se atrevieron
la dupla Menem-Cavallo.
¿Hacia
una medida cosmética?
Tras la nacionalización de
los hidrocarburos en Bolivia, el presidente
de Repsol-YPF, Antoni Brufau, declaró
el 12 de mayo: “Sería
bueno sacar a la Bolsa Repsol YPF,
poner de un 15 a un 20 por ciento
en el mercado, siempre y cuando el
mercado esté en condiciones
óptimas y se les dé
valor a la compañía
y a sus accionistas". En algunos
círculos, esto fue leído
como parte de una estrategia que coincide
con las intenciones del gobierno nacional
de adquirir parte del paquete accionario
de Repsol-YPF o que el mismo fuera
comprado por operadoras nacionales.
En marzo comenzó a correr esta
versión. En esos días
la revista económica Fortuna,
tituló su artículo de
tapa: “Paso a paso, cómo
se nacionalizará la mayor petrolera”.
Algunos funcionarios han dejado entrever,
que el 25 de mayo, se haría
un anuncio en esa dirección.
Encaramándose en esta declaraciones
y versiones, la consultora estadounidense,
Bloomberg, disparó la versión
que indicaba que el gobierno argentino
estaría obligando a vender
un 51% de su filial YPF a inversores
argentinos a riesgo de ser nacionalizada.
Julio de Vido, ministro de Planificación
Federal desmintió la versión
y afirmó en la cumbre de mandatarios
Europa/Latinoamérica Viena:
"Bajo ningún aspecto hemos
forzado a Repsol ni ninguna compañía
a vender sus activos", - y añadió
- "el objetivo de su gobierno
es captar nuevas inversiones españolas".
Otro funcionario argentino en Viena
afirmó: "la voluntad del
gobierno argentino es que Repsol YPF
continúe desarrollando su trabajo
en Argentina e incluso que intensifique
su colaboración y participación
en el desarrollo energético”.
A pesar
de los rumores de hecho lo que sucede,
es una mayor injerencia de Repsol
en el negocio petrolero argentino.
El 11 de enero del 2006, se anunció
en conferencia de prensa en la Casa
de Gobierno, con la presencia del
Presidente de la Nación, la
firma de contratos “de participación”
entre ENARSA y multinacionales petroleras.
Con posterioridad se anunció
un convenio de similares características
con la firma chilena SIPETROL. ENARSA,
más allá de que el Estado
Nacional es propietario del 65% de
su paquete accionario es una sociedad
anónima. Esto significa que
los contratos firmados son desconocidos
no sólo para los argentinos
en general, también lo son
para los legisladores nacionales.
De los tres contratos firmados los
dos principales son con Repsol. A
partir de allí esta petrolera
tiene previsto empezar sus operaciones
en el Mar Argentino y sus directores
ejecutivos han propagandizado con
bombos y platillos que la empresa
tiene un plan de inversiones en la
Argentina, hasta 2009, cercano a los
7000 millones de dólares. De
cualquier manera lo cierto es que
lo que se llevarán es muchísimo
más, ya que en nuestro país
las retenciones son sólo del
36% de la renta.
Algunas razones
para decretar la nulidad de los contratos
petroleros
· La Ley de Hidrocarburos prohibe
que una misma empresa tenga más
de cinco áreas concesionadas
y no se cumple.
· La ley de privatización
de YPF no autorizaba la prórroga
de las áreas que tenía
la empresa cuando era estatal y Cavallo
lo hizo por decreto.
· No se constituyeron sociedades
mixtas en áreas donde se aplica
recuperación asistida como
manda la Ley de Reforma del Estado,
· Se otorgaron prórrogas
para la explotación de los
yacimientos Loma de la Lata, Ramos
y Acambuco con 17 y 20 años
de anticipación, cuando la
condición para extenderlos
es evaluar el desempeño de
la empresa durante los últimos
veinticinco años.
· La venta de YPF se hizo sin
tasación oficial previa, como
marcaba la Ley de Reforma del Estado
Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina
¿Qué tiene de semejantes
y que de diferentes estos países?
En los últimos años,
el imperialismo yanqui y los sectores
ligados al capital financiero mundial,
han sufrido reveses de consideración
en estos países. En lo político,
allí terminan las semejanzas.
En Venezuela
hay una revolución en marcha
y después de una dura lucha,
la petrolera estatal PDVSA, ahora
está totalmente en manos de
los venezolanos. En los últimos
meses el gobierno bolivariano intimó
a las empresas transnacionales del
área a aceptar que el 51% del
paquete accionario sea propiedad del
Estado, o irse de Venezuela.
En Bolivia
el nuevo presidente fue elegido por
las mismas masas que se insurreccionaron
tres veces en contra de las multinacionales
que saquean sus recursos naturales
y energéticos; y en el camino
voltearon a dos presidentes. Contra
todo lo previsto para los políticos
burgueses, Evo Morales comenzó
a cumplir sus promesas electorales
y el 1º de mayo estatizó
el 51 % del paquete accionario de
las petroleras pequeñas y el
85 de las grandes.
En Brasil, Petrobrás es estatal;
pero a diferencia de Venezuela, quien
dirige el gobierno es la burguesía
nacional. La defección del
Partido de los Trabajadores y su líder
y actual presidente del país
Ignacio Lula Da Silva con el giro
hacia la socialdemocracia y la conciliación
con la burguesía brasileña,
es una de las frustraciones importantes
para las masas latinoamericanas.
¿Qué
pasa en Argentina?. Se ha afirmado
en más de una ocasión
que Kirchner fue la respuesta que
dio el capital en su recomposición
luego de la crisis del 2002. En los
tres años de gobierno, este
elenco gobernante no ha desmentido
esta aseveración. Aún
teniendo en cuenta algunos gestos
demagógicos en los derechos
humanos, en lo económico se
ha mostrado más ortodoxo que
los anteriores gobiernos. Y ha dado
pasos más profundos aún.
La conformación de ENARSA y
AYSA, como sociedades anónimas,
deja fuera del control del Congreso
a dos empresas claves del sector energético.
Aún cuando todavía ENARSA
es un sello, pero un sello que, como
se dice más arriba ha firmado
contratos con Repsol para explorar
la plataforma marina que son desconocidos
para los argentinos. De hecho este
gobierno se está comportando
como el más firme aliado y
defensor de los sectores más
concentrados del capital. A tal punto
que cuando en marzo, se conoció
públicamente, que Repsol había
declarado como propias un 20% de reservas
que no le correspondían, por
parte del gobierno nacional no hubo
ninguna sanción, ni apercibimiento.
Todas estas razones llevan a afirmar
que si es por Argentina, el señor
Antoni Brufau, presidente de Repsol
YPF, puede dormir tranquilo. A lo
sumo habrá alguna compra de
acciones pactada entre el gobierno
y la petrolera, y que será
publicitada como un avance del Estado
sobre las transnacionales petroleras.
De la misma manera que se pagó
el total de la deuda externa al FMI,
y se lo presentó como un acto
supremo de patriotismo.
Para el conjunto
del pueblo de este país, para
su clase trabajadora, el camino de
la recuperación de los recursos
naturales, las empresas privatizadas,
lleva necesariamente a la lucha política
y la construcción de una nueva
sociedad. Sin embargo, en el camino
es importante insistir en reestatización
de las empresas de servicios, con
control de sus trabajadores y los
usuarios.
Carlos Antón
[email protected]
Fuentes: COCEPA – INFOMORENO/
Movimiento Nacional Oro Negro/ La
Nación / Expansion.com
Agencia Walsh
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