La
mano de Dios
Frase que alcanzó plena actualización
durante el Mundial de Fútbol
de México, en 1986, en labios
de Diego Maradona. La idea de una
mano divina que interviene en los
destinos humanos aparece en el Viejo
Testamento. Allí, en el Libro
de Daniel, se relata el episodio del
festín de Baltasar. En el año
539 a.C., siendo Baltasar regente
del reino de Babilonia, realizó
una gran fiesta en el templo de Jerusalén,
profanándolo al rendir culto
a varios ídolos paganos. En
medio de la orgía, una mano
misteriosa escribió tres palabras,
manes, tekel, fares. Ni los adivinos
del monarca pudieron descifrarlas.
Llamaron entonces al gran sabio Daniel,
quien tradujo la enigmática
leyenda. Significaba: contado, medido
y dividido, y constituía un
anuncio de la muerte de Baltasar y
del fin del reino. Ambas predicciones
se cumplieron esa misma noche. Quien
en México interpretó
a su modo la ayuda de la Providencia,
no necesitaba recordar la leyenda
bíblica. Los goles del partido
ya estaba medidos, contados y divididos
en el registro de los Cielos.
Héctor
Zimmerman
Tres mil historias de frases y
palabras que decimos a cada rato,
Editorial Aguilar, Buenos Aires, 1999.
Revista El Abasto, n° 77, junio
2006
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